No es fácil encontrar arriendo en Nueva Avalón. No lejos de La Hemorragia al menos, que es un lugar genial para ir a tomarse unas cervezas criminalmente baratas o reabastecerse para el negocio, pero terrible para vivir.
Afortunadamente la Tía Mirta tiene un corazón de oro y la mejor disposición para arrendarle alguno de sus depas a emprendedores como yo; siempre y cuando el emprendedor está dispuesto a ayudarle a limpiar los pisos, acompañarla a comprar al mercado o afinarle el charango alguna fría noche de invierno… si entiendes a qué me refiero.
La señora tiene como cuatro implantes de titanio en la cadera, y hermano: se nota. Parece que a la vieja se le prendiera un motor servoasistido cuando te tiene en pelota en la cama. La Tía Mirta es súper buena onda, pero de noche, loco: la Tía Mirta no perdona.
